miércoles, 28 de mayo de 2008

Un homenaje a mamá


Cómo no se me ocurrió antes. Escribo, ventilo, cuento y hablo de todo lo que siento al ser madre y hasta ahora ni una sola palabra para mi mami. La mujer que pasó por lo mismo de lo que yo hablo o peor( peor, claro, mi hermana y yo sólo nos llevamos un año). Que también trabajó (más de 25 años) y que llegaba a casa ( ojo, su camino diario: de la carretera central a Pueblo Libre) y que según lo que me cuenta, llegaba para darle de comer y bañar a sus dos hijas. Y no se quejaba. Vivía en la casa de su suegra y convivía con un hombre (sí, mi padre), que nunca- otra vez, son sus palabras- cambió un solo pañal. Fuck.

¿De qué me quejo entonces? Osea, ya sé que trabajo, que llego a casa con las energías en el suelo, que mientras hago dormir a H, me duermo, pero hasta el momento ( sólo faltan 3 semanas!!), sólo tengo que lidiar con un solo pequeño.

Mi madre, R, me tuvo que confesar que como no sabía que hacer con su primogénita tuvo que llevarla a donde una terapeuta. (No, no fue presa de la exageración, sino de la desesperación: ¿qué harían ustedes si su niña de 3 años se diera de cabezasos contra el suelo?). ¿Yo qué haría? Ahorita, como se encuentran mis hormonas y mi sistema nervioso, sin duda lloraría. Llamaría a la psicológa del nido, que me da sesiones vía telefónicas, quien probablemente me diría lo que hasta ahora me ha dicho: No te preocupes. Es normal. H está celoso por su nueva hermanita. Pero, esta vez no se trata de H ni de mis frustraciones (vamos, era un homenaje). A lo que iba era a que mi madre, como me imagino las suyas, se merecen más que un aplauso.

Desde que comencé a escribir este blog, todos los días pienso en llegar a casa y regalarle flores a R. O un chocolate. Porque si ya pasó por mi infancia y mi adolescencia ( yo con esa ya me retiraría) ahora no sólo sigue siendo mi madre, sino una excelente abuela.



No hay comentarios: