miércoles, 6 de mayo de 2009

KUNG FU BROMA

Como ya les había contado, en mi otrora casa moraba un fantasmin... fue una vidente a ayudarnos a sacarlo de ahi y de paso a decirme que yo tenía una sensibilidad especial que tenía que aprender a canalizar para que mi miedo no me acompañe y abra otras puertas ( sic), ya... ajá.
Toda la vida me la he pasado buscando alguien que me ayude: a ser más feliz, a encontrar la paz, a curar heridas pasadas, y ahora me veía obligada a buscar a alguien que me prepare para no temer a la paranormal. Siempre he tocado puertas para pedir s.o.s y luego mi soberbia, al poco tiempo, me obligaba a abandonar lo que yo mismo habia pedido. No, no hay nada nuevo que me puedan decir. Todo eso yo lo sé. La psicóloga no me escucha. El yoga no me ayuda a poner la mente en blanco.
Claramente el problema siempre ha sido mi disposición a lo que buenamente alguien/ algo/ terapia me pueda dar para ser mejor.
Pero en vista que la situación fantasmágorica llegó a ser insostenible y mi miedo alcanzó dimensiones de películas de terror, ahora sí- me dije a mi misma- tengo que hacer algo por mi.
Siempre quise aprender un arte marcial.Mi marido ha practicado varias de ellas y me había comentado de sus bondades. Entonces, busqué clases- mi pasatiempo favorito es buscar cosas- y me vi un día en un centro de artes marciales donde el cuarto era azul chillón, las paredes de espejos y todos practicaban sin siquiera detenerse a ver que había una extraña. No me sentí en lo absoluto cómoda. Ya mudada en mi nueva casa descubrí que a escasas cuadras había otro centro de artes marciales (ya antes me había comido internet para averiguar sobre alguna que me pueda ayudar. Pensé en el chi kung que no es más que el aprendizaje de la esencia vital ( chi) de uno mismo. Ahí está, eso necesito: aprender a manejar mi energía).
Luego tuve una entrevista con el dueño del centro, conté mi historia - haciendo énfasis en la parte fantasmágorica- y le pregunte si podía hacer algo por mi. De hecho, me dijo, tenía que objetivizarme, buscar mi centro, fortalecerme. Me propuso kung fu, de prueba un mes, si no te gusta o no es lo tuyo probamos con la meditación taoísta con sonidos sanadores. Acepté.
El lugar está lleno de jóvenes fuertes, entusiastas, cariñosos, humildes de alma y corazón y entregados al arte y a fortalecer su espíritu. Si llegas a integrarte y hacer click, osea si sientes que es lo tuyo... ya puedes comenzar a ser parte de la dinámica que consiste en el abandono del ego, en aprender a compartir y otra serie de aprendizaje que nada mal le hacen al ser humano,
Ayer fui mi primera clase. Todos amablemente me recibieron e interrumpieron su rutina las veces necesarias para ayudarme con los pasos de la danza. Previo a eso, experimenté un entrenamiento digno del ejército: sentadillas, planchas, más sentadillas, más planchas, lo más intenso que jamás probé. Ya al bordé del desmayo y cuando pensé que eso era todo, venía la parte más difícil: el momento de hacer la danza. Paso 1, garra de tigre, paso 2, no te olvides de la garra ( algo absolutamente imposible cuando tus piernas no paran de temblar). Ni siquiera te puedes apoyar en la pared para descansar.
Me gustó, me gustó la exigencia, lo fuerte que es y lo que podrá hacer por mi humanidad. Probaré el mes y si bien no sé me ayude con lo paranormal, más fuerte me hará. Sin duda, sacaré buenas piernas.
Yeah.

2 comentarios:

Lu dijo...

Jajaja qué buena! Te he imaginado haciendo la garra de tigre, combinada con las sentadillas y tus ganas de apoyarte en la pared.

La vida es todo aquello que pasa mientras aprendemos a vivirla, just relax.

Un abrazo enorme,

Lu
Mamá de DOS chancletas

fashionjolik dijo...

vamos bruce lee chicken...te amo