martes, 20 de enero de 2009

Hueco en la casa

Mis hijos no están en casa. Y el vacío absoluto, oscuro, que entristece. Pero tiempo hay un montón. Para sentarme a escribir aquí. Andar en camiseta y calzón con ventilador prendido y un vaso de limonada. Y para ir a hacer yoga y correr olitas... Lo que me llevaba a pensar que al fin y al cabo termino organizándome. Lo que me lleva a pensar cómo nos convertimos en esa clase de especie que todo lo puede. Absolutamente todo. Así que no seré tan exigente conmigo misma y no me reprenderé si no soy consistente con algunas de las cosas que más me gustan hacer como ir a mis clases de yoga de una manera seguida no una vez cada semana. O escuchar música. O escribir en este blog. Aunque todas sean de las mejores cosas que me gustan hacer.
Todo esto lo pensaba manejando de regreso a casa. Soy una de las 2 personas que salen de trabajar antes de las 6 de la tarde. Y aún así necesito tiempo.
Ahora lo tengo. Pero no hay un solo minuto en el que no piense en mis hijos.
El amor de madre, sólo hay uno.

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